miércoles, 31 de marzo de 2010

La Ovilladora.

Pasa su vida liando ovillos de lana.

No es una tarea desagradable, al contrario. El tacto de la lana, a pesar de serle muy conocido, le resulta agradable y familiar. Seguir con la mano el hilo le da la sensación de tener una dirección a la que dirigirse.

Quieta, concentrada en su labor crea la ilusión con su cuerpo de ser llevada por la lana a alguna parte. Hace tiempo que deja su mente a la deriva mientras realiza su trabajo.

Cada jornada imagina que alguien, en el ultimo momento, la sacará de aquel tedio.

Y pasan los días, y aquel hilo sólo la lleva a su ovillo. Y acabar un ovillo sólo la lleva a comenzar el siguiente.

Se pregunta si es esta su vida. Hacer un ovillo. Y luego otro, cada uno de un color, cada cual con su tacto. Todos ovillos al fin y al cabo.

Cada día esperando a ser salvada en el último momento sin querer saber la verdad última de todo este asunto:

“Que en la vida no hay más que un último momento.”



BY PACHULI CARACOL.

martes, 30 de marzo de 2010

SUEÑOS SON.


Tengo la manía de dejarme los sueños en cualquier parte.

Tengo la manía de soñar por todas partes.

Tengo la manía de soñar que me dejo los sueños en cualquier lugar.

Tengo el sueño de tener la manía de soñar.

Tengo pocos sueños…y demasiadas manías.




BY PACHULI CARACOL.

lunes, 29 de marzo de 2010

Depende

Yo también dibujo círculos imperfectos.
Y también me paso de listo.
Soy creyente, soy escéptico.
Todo depende del prisma por el que miras.
Y me gustaría tener un caleidoscopio, pero hay cosas que se me escapan.
Quizá podría hacer que mi dolor explotara en partículas minúsculas, y seguir utilizando palabras esdrújulas hasta que desapareciera. Quizá no.
Hay cosas que me gusta intentar, hay cosas que dejo como están.
Depende.

By Pollo Frito.

El color del dolor




BLANCO.






By Pollo Frito

miércoles, 24 de marzo de 2010

Soñando

Volví a intentar morder el viento.
A atraparlo en una red.
Caminé y el suelo estaba blaaando, moví muy rápido las piernas mas no avancé.
Estaba en una ciudad que no reconocía y sabía que era mi ciudad.
Un día intenté vender ropa y nadie me la compraba. No me miraban.
Grité y no articulé sonido.
Tu pie me rozó la pierna y abrí los ojos.
Y me volví a dormir.

By Pollo Frito

VIEJA LOCA.


Soy la estrofa de un poema que lleva siglos brotando…

Siempre fui una vieja loca. Ya lo era a los cincuenta años; lo soy desde los siete.

Sucedió entonces, cuando tenia siete años (y de eso hace ya siglos) que caminado un día de viento me dio en toda la cara una gran hoja de árbol. Al apartarla de mi cara, asustada, leí muy claramente:

“Voy a caminar junto a ti, intentando alcanzar tu sombra, para poder acariciarte sin que tú te des cuenta”.

El viento soplaba fuerte y yo me quedé ahí plantada durante horas, repitiendo esa frase en mi mente, dejándome acariciar por el aire.

Desde aquel día mi única obsesión en la vida fue encontrar el árbol del que brotaban poemas. Caminaba por el pueblo, por los campos, por las colinas mirando los árboles, buscando un nuevo verso.

Jamás me casé, nunca tuve hijos, ni conocí más amor que el que sentía por aquellas palabras. Los días pasaban y yo no podía recordar el color del suelo de mi pueblo. A pesar de los años nunca perdí la esperanza, pero mi cuerpo se desgastaba. Primavera, verano, otoño, invierno, primavera, verano, verano, verano, verano…y sucedió que, setenta y tres veranos después, un día en el que el sol ardía impasible tuve que parar.

Me dolía todo el cuerpo, tenía calor, sudaba y busqué cobijo del sol.

Ahí, plantada de nuevo, me di cuenta de que toda mi vida había sido una vieja loca y reí con desesperación.

Una brisa acariciaba de nuevo mi cara, mis manos, mi pelo, mis pies…y al mirar mis pies vi que estaba cobijada a la sombra de un gran sauce, y que su sombra acariciaba a la mía y el viento me disolvió en el aire y me fundió en el gran sauce en el que habito y en el que existo como la estrofa de éste poema que lleva siglos brotando…


BY PACHULI CARACOL.

lunes, 15 de marzo de 2010

ADOPTE UNOS ZAPATOS.

Ayer ví unos zapatos deshabitados en medio de la calle.


¿Dónde estaba su dueño?.


¿Estaba andando por la calle tan tranquilo y de pronto salió volando?.


O fue desnudándose poco a poco y dejó esos zapatos en medio de un paso, asombrados, derepente abandonados sin saber a dónde ir. Patidifusos (sin patas). Unos zapatos sin pies, ni piernas ni persona que les dirija.

Tal vez era una persona que había elegido unos zapatos demasiado grandes, demasiado pesados, demasiado ambiciosos y, cansada, decidió seguir descalza.

Por un momento pensé en acercarme y ponérmelos, pero yo ya tenía mis propios zapatos, no podría caminar con dos pares puestos. Tuve la idea de ponerles un cartel: “Adopte unos zapatos”, pero me dio vergüenza, no sabía nada de ellos…

Decidí seguir caminando como si nunca hubiera visto semejante escena, miré al frente y apreté el paso sin mirar atrás. Pero en mi mente se quedó grabada esta imagen, y no se si podré olvidarlo nunca… qué vergüenza…


By Pachuli Caracol

viernes, 12 de marzo de 2010

Velocidad

Y nos comimos la noche una vez mas.
Cuanto mas empujabamos, menos nos dolia. Nos mirabamos a los ojos y veiamos un fondo de terciopelo.
Nuestros zapatos resonaban con fuerza en la calle vacia. Me temblaba un ojo y no sabia por que.
Jugabamos a ser los mas inteligentes, los mas listos. Los habitantes de ese momento de nuestras vidas nos miraban compasivos.
No me acuerdo de casi nada.
Pero veo tu rostro cerca del mio, con una sonrisa lasciva y anestesiada al mismo tiempo.
Ingeriamos fuego en vasos pequeños. Expulsabamos demonios humeantes.
Nos teletransportabamos a lugares que nunca habiamos visto, con gente incomoda por nuestra repentina presencia.
Caras frias, puños calientes. Amor de plastico, olor a hierba recien cortada.
Y la noche pasaba tan deprisa que, en el frio amanecer, cuando nos arrastrabamos a nuestros escondites, nuestros estomagos se retorcian y nos pedian clemencia.
El tiempo era de goma, lo estirabamos cuanto queriamos.
Cuando no pudimos mas, lo soltamos. Tremendo impulso.
Y Mira donde hemos aparecido.

By Pollo Frito.

lunes, 8 de marzo de 2010

Tiempo

Yo era feliz y pequeño durmiendo con mi hermanita en la misma habitacion.
Y de repente mire mi mano y tenia un cigarro medio consumido, y jugaba a los oficios con papel moneda de por medio.
Sentado en la acera me arrancaba la costra de una herida en la rodilla, despacio, muy despacio.
Y de repente me encontre acariciando la parte anterior de tu muslo con mi nariz.
Inexorable, lento, constante, como una cancion de Sade. He pasado de amar el viento en mi espalda sudorosa a morir por escuchar otra vez el punteo de una guitarra.
Untaba la mantequilla en la parte superior del bocadillo.
Y de repente me encontre venerando el veneno de tu sonrisa, mirando de cerca el rimmel de tus ojos y pensando en nuestra descendencia.
Forzabamos la maquina, nos sentiamos dioses, eramos angeles.
Y el peso de la responsabilidad nos ha atado al suelo de este mundo puto hastiado de nuestras risas.
Te miraba a hurtadillas en el recreo y sentia calor en las mejillas, en el vientre.
Te miro de frente a los ojos y hundo mis uñas en las palmas de las manos para contener el beso que te mereces.
Escribia "roma" en los arboles de al lado de tu casa para que nadie supiera que habia que leer al reves esa palabra.
Habia que leerla al reves, tenias que leerla al reves.
Pero no la leiste, el tiempo te ha dejado atras y ya no sabes quien soy.
Yo era feliz y pequeño, he parpadeado y todo ha cambiado.
Mas sigo funcionando igual. Como el tiempo.

By Pollo Frito

Permitidme compartir una escueta observación con vosotros:




LO BUENO
DE NO TENER
NADA ES QUE SE LIMPIA
EN UN MOMENTO.






BY PACHULI CARACOL